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domingo, 22 de diciembre de 2013

NUEVAS EVIDENCIAS DE PETROGLIFOS...(II)


En el pasado mes de julio de este 2013  publiqué un artículo en este blog titulado "Nuevas evidencias de petroglifos y altares rupestres en Maragatería (1)". El descubrimiento de los primeros petroglifos en el Bierzo retrasó un poco la publicación de la segunda entrega sobre estos grabados inéditos situados en Maragatería.
Al igual que los de la primera parte, los petroglifos han sido descubiertos por mi buen amigo Mark Raes. Ya hemos comentado en post anteriores la relación de Mark con Maragatería y con su historia, hasta el punto que se ha convertido en un maragato más.
La primera estación rupestre que os presento se encuentra situada a medio camino entre las localidades de Andiñuela y Prada de la Sierra, asomada a un valle por donde discurre el río Prada.




La roca está compuesta de pizarra esquistosa y aflora como un batolito entre la vegetación de la zona compuesta por robles y monte bajo. Con toda seguridad este lugar fue aprovechado por el hombre hasta tiempos recientes, pues presenta abundantes recursos para el ganado (pastos y agua); además de un indudable valor cinegético. Con el abandono de las prácticas agrícolas y forestales (los pueblos aquí si no están muertos, están heridos de muerte) la naturaleza impone su ley cerrando caminos, derribando cercas y repoblandootra vez la zona de corzos, ciervos y lobos, como seguramente la conocieron aquellas poblaciones prehistóricas que por primera vez se asentaron aquí.
Las figuras representadas confirman otra vez el estilo predominante: cazoletas y surcos. No se observan otros signos como cruciformes o firmas de pastores, y todas las figuras presentan una pátina antigua y erosionada, en especial la zona superior que ha sido colonizada por líquenes de varios colores que realzan más si cabe la belleza de la estación rupestre. Las cazoletas están distribuidas por la zona superior y descienden por  uno de los laterales. El otro lateral apenas presenta grabados.





Como se puede ver hay una cazoleta que destaca sobre las demás. Está situada en la parte más alta del afloramiento y es la más grande y profunda. Además tiene el típico surco se salida, aunque curiosamente está orientado al costado de la roca que tiene menos grabados. Esta es la zona más bonita del afloramiento con musgos y líquenes de varios colores. Ya sabéis, prohibido eliminarlos.... 



Si se observa atentamente el costado por donde están representadas más cazoletas, hay un largo surco que desciende desde la zona superior hasta la base uniendo unas cuantas cazoletas. El tamaño de las mismas perece disminuir a medida que se acerca al suelo y la figura resultante es una línea serpenteante que se amolda a las irregularidades de la roca. Como las cazoletas van aumentando de tamaño, la impresión es que la línea es más fina en un extremo que en el otro. Este aspecto unido al discurrir serpenteante de la figura (al contrario que en otras estaciones rupestres en las que las líneas son más rectas) me anima a considerar la posibilidad de que sea un serpentiforme. Esta interpretación quizá sea un poco subjetiva (otros pueden ver una representación estelar, por ejemplo), pero creo que en estos casos la explicación más lógica y sencilla es la correcta, y las leyendas ancestrales nos hablan de cuélebres, dragones y bichas, no de constelaciones. 







Por otro lado y como ocurre en otras estaciones, la disposición descendente de las cazoletas y el surco que las une facilitaría la conducción hacia el suelo de un líquido vertido en la zona superior. La pregunta que se plantea es si nos encontramos ante la simple representación de una serpiente o ante un espacio ritual con forma -o dedicado a- este legendario animal. Otra pregunta lógica sería porqué el el serpentiforme asciende hasta el borde mismo de la cazoleta principal y sin embargo no conecta con ella.


La otra roca con petroglifos se encuentra relativamente alejada de las anteriores (aunque en su ámbito de influencia), concretamente al norte de Rabanal del Camino, el pueblo donde Mark ha decidido construir su casa y quedarse para siempre en esta tierra. Aparentemente no es tan espectacular como las anteriores, pero me parece muy interesante por la zona donde ha aparecido, porque confirma el estilo y constata la realidad de que la mayoría de los emplazamientos que se han descubierto en la provincia se sitúan en las inmediaciones de valles propicios para la caza y la cría del ganado. Generalmente se suele escoger lugares elevados desde los que se divisa un amplio panorama, dentro de las limitaciones que plantean estos pequeños y encajados valles.   




Como se puede ver en la foto anterior (una vista del afloramiento desde el valle), los círculos destacan dos zonas con cazoletas, una situado el la parte inferior junto a una oquedad o pequeño refugio (apenas coge una persona recostada). Hay distribuidas unas cuantas cazoletas en las superficies horizontales, en la parte más alta hay tres cazoletas (una de ellas ovalada) que recuerdan un rostro humano (ojos y boca), pero presentan una pátina más moderna, como si hubieran sido hechas o repasadas quizá por un pastor de la zona en tiempos más recientes. La apariencia y disposición del grupo de cazoletas inferior parece perfectamente prehistórico, aunque alguna de ellas podría haber sido añadida en época contemporánea. 





En la zona superior del afloramiento hay grabadas otra docena de cazoletas y aparentemente no hay surcos ni otros signos. Todo el panel aparece muy erosionado, sin la impresión de añadidos de la zona inferior. Desde este lugar se domina esta zona del valle (más otro tanto a la izquierda que no sale en la foto) y se pueden vigilar a los animales domésticos y salvajes, según se tercie.






Hace cuatro años apenas teníamos evidencias de petroglifos en la provincia de León, y ahora podemos permitirnos el lujo de conocer las nuevas estaciones rupestres de dos en dos. 
Que dure, gracias otra vez a Mark y felices fiestas para todos.



miércoles, 26 de diciembre de 2012

PEÑA MORTERO EN ALIJA DEL INFANTADO



PEÑA MORTERO I

A mediados de 2012 recibí una llamada desde el Ayuntamiento de ALIJA DEL INFANTADO, en la que su alcalde D. Luis Gómez me comentó la existencia de un paraje al oeste del pueblo en el que se encuentra una roca tallada con forma de pila de moler. Esta roca es conocida por todos los lugareños con el nombre de "Peña Mortero", y este nombre se ha hecho extensivo a toda la zona y al cerro que la corona, de tal manera que el topónimo "Peña Mortero" es el que aparece el el mapa del IGN.
La intención del Ayuntamiento era la de poner en valor el entorno y proponer al visitante una pequeña excursión a lo alto del cerro desde donde se contempla una buena panorámica.
La duda de D. Luis era si a "Peña Mortero" se la podía considerar un petroglifo, así que programamos una visita en la que pude apreciar una roca al nivel del suelo y no exenta, es decir, unida a  la roca que aflora en el lugar. No es un petroglifo, pero parece interesante.




La zona interior es una cavidad circular de la que sale un canal hacia la parte exterior. El fondo es plano, impropio de de un mortero al uso. Creo que si esta cavidad hubiera sido utilizada para machacar algo (bellotas, cereales etc) el fondo hubiera adquirido una forma más cóncava. Además, el exterior ha sido trabajado para conseguir una forma circular, y se han eliminado las aristas de manera que el aspecto además de circular es esférico. Demasiado trabajo para un simple mortero.
A su lado aparece una roca de parecido tamaño, sin trabajar a excepción de un par de surcos que la atraviesan longitudinalmente.



El entorno no parece propio de un poblado prehistórico, en lo alto del cerro y alejado del agua. Tampoco encaja un asentamiento posterior de la Edad del Hierro, ya que si bien los pueblos prerromanos construían sus castros y fortalezas en este tipo de entornos, no se observan por ningún lado los restos típicos (fosos , murallas, cerámica, toponimia etc.). Los únicos vestigios producidos por la mano del hombre son algunas obras de cantería, la instalación del vértice geodésico cercano y la plantación del propio pinar.
Así pues, si descartamos por el momento un uso doméstico asociado a un asentamiento, cobra importancia la opción de un espacio ritual prehistórico. Un pequeño altar donde depositar ofrendas, situado en lo alto del cerro, discreto y alejado de la zona de poblamiento cercana al río.
 Le comenté a D.Luis mi primera impresión y le animé a solicitar un pequeño estudio arqueológico que podría sacarnos de dudas, y nos despedimos sin sospechar que esta historia no había hecho más que comenzar.    


PEÑA MORTERO II

Pocas semanas después conversé con un buen amigo sobre la visita, y él me comentó que ya había oído hablar de "Peña Mortero" a un conocido suyo. Esta persona le dijo que creía conocer la roca, porque una vez había ido a Alija a tratar de localizarla y la había encontrado, describiéndola como "una roca con cazoletas".
 Al oír esto le dije:  Magín, (así se llama mi amigo)¿una roca con cazoletas?  Me parece que no estamos hablando de lo mismo...
Magín me puso en contacto con Ángel Sarmiento, el descubridor sin saberlo del siguiente petroglifo que os voy a mostrar,  y gracias a sus indicaciones regresé a Alija del Infantado y localicé fácilmente estos grabados rupestres a los que a partir de ahora llamaremos "Peña Mortero II"



Debo confesar que la primera visita fue un poco decepcionante en un día de lluvia y sin un rayo de sol. A primera vista, un afloramiento de pizarra con un par de grandes cazoletas que recuerdan vagamente a un podomorfo (una pisada humana) o incluso a un ídolo. A pesar de las malas condiciones de luz se intuyen otras pequeñas cazoletas que rodean a las principales, y un surco que comunica esta zona con el desconchón central que actúa como receptáculo, almacenando el agua de luvia o cualquier otro líquido que allí se deposite.
Sé por experiencia que hay petroglifos que necesitan varias visitas para que puedan ser contemplados en todo su esplendor, así que volví repetidas veces al lugar (100 Km ida y vuelta desde Astorga) hasta encontrar las mejores condiciones lumínicas. El esfuerzo mereció la pena, como podéis comprobar.







Ahora, como por arte de magia, el petroglifo enseña su verdadera composición, con cerca de una treintena de pequeñas cazoletas rodeando a las dos principales. De la gran cazoleta principal sale un pequeño canal que desagua en la zona central del afloramiento. Hay también unos surcos más finos, a modo de petroglifos lineales, y al menos una cazoleta está rodeada por un círculo (en la foto anterior,  la más inferior). Al contrario que en otras rocas en las que las cazoletas cubren el espacio disponible sin un orden aparente , en esta parecen acompañar a la cazoleta central, componiendo una figura circular en el centro que se alarga en los extremos con surcos y cazoletas alineadas. Los afloramientos anteriores y posteriores a este, presentan también cazoletas de distinto tamaño repartidas por su superficie, como se puede comprobar en la siguiente fotografía marcadas con flechas. El punto rojo superior, en los pinos, señala la posición aproximada de "Peña Mortero I", la roca  antes comentada y que da nombre a todo el paraje.




PEÑA MORTERO III


Al otro lado del camino descubrí otro agrupamiento de cazoletas situadas en un pequeño afloramiento de cuarcita. Para no confundir los grabados, a partir de ahora la llamaremos "Peña Mortero III".
 A pesar de la poca altura de la roca (apenas 40 cm) se encuentra decorada con una variedad de cazoletas de tamaño más grande de lo normal por estas tierras. En la parte superior una típica cazoleta esférica, a su lado una  más grande y ovalada. En la zona inferior a ras de suelo destacan tres grandes cazoletas, la central tiene una forma ovalada y es menos profunda, mientras que las laterales sobrepasan el nivel del suelo y son más esféricas. A la izquierda de cada una de estas, se grabaron otras dos cazoletas de menor tamaño. Por la forma y situación de las cazoletas (a distintas alturas), y aunque no hay surcos que las comuniquen, guardan cierto parecido con otras estaciones rupestres consideradas altares rituales prehistóricos.





Todos estos descubrimientos parecen apoyar mi teoría que considera a la zona como un espacio ritual prehistórico, en el que quizá estas cazoletas delimiten el perímetro de un lugar sagrado y principal. En otras estaciones rupestres de Galicia y Portugal se ha constatado la presencia de cazoletas y otras figuras simples delimitando el perímetro de un espacio central o principal  (un dolmen, un altar, un gran petroglifo etc).
A pesar de que en toda la provincia de León no se ha documentado ni un sólo dolmen, a poco más de 5 Km en linea recta (ya en la provincia de Zamora) se encuentra el dolmen de Arrabalde llamado "La casa de los Moros" o "El Casetón", que demuestra una más que cercana actividad en  época megalítica.

 Este pueblo siempre se ha caracterizado por su vitalidad y ambiente cultural. Posee tradiciones como el Antruejo (un carnaval cuyos orígenes se suponen prerromanos), un museo etnográfico, asociaciones culturales y religiosas, un castillo del s. XV etc.
Me consta que por parte del Ayuntamiento se esta intentando poner en valor estos vestigios, y es posible que lo consigan si las autoridades de Patrimonio colaboran como sería de esperar (y no como lo están haciendo ahora).
Espero que los habitantes de Alija comprendan la importancia de estas manifestaciones rupestres, que por si solas incrementan el Patrimonio y DUPLICAN la Historia del municipio, añadiendo más de dos milenios a su ya de por sí dilatada Historia. Los castros de los astures y las ancestrales tradiciones prerromanas  parecen ahora más cercanas...
 Solo con ese conocimiento valorarán estos yacimientos como una reliquia de sus antepasados, los asumirán como propios y los protegerán para que los futuros hijos de este pueblo sepan de donde vienen.

Mi gratitud a personas como Ángel Sarmiento por su  desinteresada colaboración.


J.C.Campos


martes, 28 de septiembre de 2010

EL ESTUDIO DE LOS PETROGLIFOS SE PROROGA UN AÑO


El estudio que desvelará el enigma de los petroglifos se prorroga un año



La Universidad de León investigará las nuevas piezas descubiertas durante este año

26/09/2010 Cristina Fanjul (Diario de León)


Las investigaciones sobre los ideogramas de los petroglifos que realizan el catedrático de Prehistoria de la Universidad de León, Federico Bernaldo de Quirós y la profesora Ana Neira se prorrogará al menos durante un año más con el fin de profundizar en los descubrimientos realizados en esta primera fase. Además, y según ha señalado el jefe territorial de Cultura, Jesús Courel, durante este año han aparecido más piezas que tienen que ser estudiadas, con lo que desde la Dirección General se ha decidido continuar los análisis.

A finales de este año se presentarán las conclusiones de la investigación realizada en la campaña anterior —cuyo informe preliminar se entregó en el mes de noviembre— y se pondrán las bases del programa a realizar en el 2011. En cualquier caso, ya se sabe que el presupuesto será similar al consignado hasta ahora (18.000 euros) y que se realizarán más calcos de las piedras así como análisis de líquenes que puedan datar con precisión el origen temporal de las piezas. Con ello, se trata de apuntalar de manera definitiva la solución más adecuada para estos vestigios arqueológicos descubiertos por Juan Carlos Campos.

Hay que recordar que la comarca maragata y su monte Teleno, que ya fue sagrado para astures y romanos, pudo haber constituido un lugar privilegiado para el culto en épocas anteriores. Los expertos aseguran que los dibujos que aparecen en los petroglifos fueron realizadas por gentes del Calcolítico. Sin embargo, aún se desconoce cuál era la finalidad. Pudieron haber servido para la realización de ritos de iniciación o como símbolos de representaciones solares. Asimismo, cabe preguntarse dónde están los restos de los pobladores a los que debemos su creación.

Resultados logrados. Los resultados del primer estudio se entregaron en otoño del año pasado y desvelaron que los petroglifos maragatos, aunque están «emparentados» con los gallegos y usan parecidos motivos y representaciones, responden a una «concepción diferente» de esa similar religiosidad.

Los expertos se sintieron especialmente sorprendidos por los descubiertos en Filiel (Lucillo) puesto que tenían motivos nunca antes vistos y nuevos laberintos que permanecían ocultos.

El equipo de investigadores se encontró, en el caso de Peñafadiel, con que su limpieza reveló la existencia de nuevos motivos, como una cruz de brazos iguales, un surco que desemboca en un haz de líneas y una especie de hoja de los que no hay precedentes. La primera de estas rocas presenta tres laberintos grandes, con cavidades redondas o cazoletas, por lo que el estudio certificó que primero se hicieron los laberintos y luego las cazoletas.




En la segunda roca, hay más elementos y más complejos, con dos laberintos (que en este caso no se hicieron primero), cazoletas con reborde, un posible tercer laberinto no vislumbrado anteriormente, pequeños canales y los citados surco y cruz. Estos petroglifos datan de finales del Calcolítico e inicios de la Edad del Bronce, entre el tercero y el segundo milenio antes de Cristo.


En Peñamartín, el equipo se encontró con cruces, herraduras y puntos datadas ya en época histórica. En cuanto a los petroglifos de Peñafurada, en Andiñuela, que ya eran conocidos pero que no habían sido estudiados, Neira se refirió a su «delicado estado», por haber sido tallados en esquistos muy finos, requiriendo sólo de una limpieza somera. Allí hay cazoletas, cubetas de las que parten canales, un gran rebaje en plena roca que habrían sido hechos en época prehistórica, mientras que los sugerentes motivos cruciformes que casi parecen humanos serían intentos de «cristianizar», ya en esta era, ese lugar de culto del mundo calcolítico. Todo este estudio refleja que sólo en Peñafadiel hay tantos laberintos como en toda Galicia. Veamos que descubren este año...