En el año 2015 me llamó un vecino de Quintanilla de Somoza, un pueblo de la comarca leonesa de Maragatería que se sitúa en la margen izquierda del río Duerna a los pies del monte Teleno. Es en esa localidad donde se pueden ver los primeros afloramientos de la roca diabasa llamada por aquí "Moraliza", una roca de color verdoso muy apreciada por sus cualidades para ser labrada y empleada para las construcciones locales. Cerca del pueblo ya se pueden contemplar, sobre todo en la zona de "La Chanada", donde descubrí en 2008 numerosos grupos de cazoletas prehistóricas.
La llamada era para invitarme a ver un grupo de grabados contemporáneos situados en el interior de una casa del pueblo, en una pared de piedra de un patio interior. Tenéis que saber que la casa maragata clásica se construye de piedra, con grandes muros que se rematan sobriamente en el exterior, con pequeñas ventanas y la puerta carretal por la que se accede al patio interior. Es en este espacio donde se centraliza la actividad de la vivienda, por eso los patios maragatos suelen estar empedrados con pequeños cantos rodados, que a menudo forman patrones y diseños geométricos. Las habitaciones y otros espacios de la casa se conectan al patio interior con ventanales y puertas que dan acceso a una galería de madera, generalmente adornada con plantas y flores. Esa forma de vivir de puertas para adentro, no es sino la consecuencia de de la mentalidad maragata, y esta a su vez, es producto de un entorno agreste y un clima severo.
Debo reconocer que en ese momento unos grabados modernos no tenía para mí un interés excesivo, pues andaba enfrascado en la investigación de evidencias rupestres de época prehistórica, aún así no dudé en aceptar la invitación. Una vez en el patio, me sorprendió la cantidad de de grabados realizados en las piedras de la pared.
A pesar de su reciente cronología, estos grabados me parecen muy interesantes porque se acercan tanto a nuestro contexto que podemos intentar comprender el universo del autor, en este caso un maragato que se enroló de marinero mercante a finales del S. XIX y dejó plasmado esas vivencias que le acompañaron. Así, podemos distinguir motivos marineros como anclas (algo inaudito en Maragatería) y otras representaciones como guirnaldas y cuernos de la abundancia, libélulas con cabeza humana o escenas costumbristas.
Para una primera clasificación, he dividido las figuras en dos grupos:
SÍMBOLOS PROPICIATORIOS O DE BUENA SUERTE .
Sobre estas líneas, símbolos relacionados con la abundancia (cornucopias y guirnaldas)
Símbolos propiciatorios y de buena suerte (rosas hexapétalas, anclas de barco, llave, herradura)
NATURALISTAS
Aquí se incluyen los grabados que representan diversos animales y figuras humanas (zoomorfos y antropomorfos ).
Representación de un pez, con seguridad una de las apreciadas truchas de los ríos maragatos
Figura de insecto
A la izquierda, representación de un insecto, seguramente una libélula.
Los grabados de personas están representados con la vestimenta maragata, se distinguen sin dificultad el sombrero de ala ancha, el chaleco, las bragas o polainas tan típicas y los botines. Algunas figuras se les presupone juventud por su postura erguida y una cierta gracia y vitalidad. Otras representan a ancianos y aparen encorvadas y se ayudan de bastones.
Traje típico maragato
Sobre estas líneas, diversas representaciones de figuras humanas ataviadas con la típica vestimenta maragata
Dos figuras maragatas. A la derecha se representa un anciano con bastón.
A la derecha del cruciforme, dos figuras representan a un guardia civil (izquierda)y un maragato. Ambos llevan sus trajes habituales (se distinguen el tricornio y la chaquetilla del guardia, así como el traje típico maragato) También portan un ramo en cada mano, en una clara alusión a la procesión del Ramo en el día del Corpus, una de la fiestas más solemnes y celebradas antiguamente en la comarca.
Dentro de este último apartado se puede incluir también una serie de figuras muy interesantes por su rareza, en este caso los denominados "Teriántropos", o seres con características humanas y animales.
Figura de ave con cabeza humana
Ave o insecto con cabeza humana
Para finalizar, resaltar el valor etnográfico de este tipo de grabados, que si bien suelen ser desdeñados por especialistas que sólo tienen ojos para los vestigios prehistóricos (como me pasó a mí en su momento), nos permiten comprobar la necesidad del ser humano de plasmar en las piedras mensajes para las generaciones venideras El esfuerzo empleado en grabar estas representaciones demuestra que se hicieron para que perdurasen en el tiempo, y aunque con distinta finalidad y salvando las distancias, básicamente es el mismo sentimiento que tuvieron los los humanos que decoraron los techos de la cueva de Altamira.
Y por supuesto, mi agradecimiento a la familia Benéitez por mostrarme este pequeño tesoro
Y por supuesto, mi agradecimiento a la familia Benéitez por mostrarme este pequeño tesoro
1 comentario:
Buenos días Juan Carlos. Gracias por toda la información que publica, de sumo interés. Verá, quería pedirle que, por favor, me contacte para plantearle un posible hallazgo y que así pueda echar un vistazo a unas fotografías y tratar de hacer una primera evaluación. Le dejo mi correo: nnosti.navarro@gmail.com . Gracias por adelantado.
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