En estos últimos días de agosto las personas que han ido a ver los petroglifos se han encontrado con una agradable sorpresa: los esperados estudios de los grabados ya han comenzado.
Y lo han hecho con fuerza, pues desde la pasada semana un numeroso grupo de especialistas están realizando los trabajos de campo con jornadas de mañana y tarde( sábado y domingo incluidos) y a pleno sol de León.
El equipo está formado por el catedrático Federico Bernaldo de Quirós, la profesora Ana Neira y los especialistas en conservación y restauración llegados desde Galicia:
Fernando Carrera, profesor en la Escola Superior de Conservación de Bienes Culturales de Galicia.
Natalia Cortón e Iria Sinde, Diplomadas en Conservación (especialidad arqueología) por la Escuela anterior.
Julia Armesto, profesora de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas, Universidad de Vigo
A pesar de que están acostumbrados a los grandes paneles con petroglifos gallegos, se nota que también les gustan los nuestros y también se nota el cariño ( y eso no va en el sueldo) que le están poniendo.
Los trabajos están consistiendo en la minuciosa limpieza de los grabados, mediciones, diversas técnicas de calcos, fotografías nocturnas etc. En definitiva, las piezas de un puzle que se montará al final.
Y otra buena noticia: los trabajos no solo se realizan en Peñafadiel, sino que se extienden a los grabados de Chana de Somoza, donde ya se ha limpiado " Peñaferrada" y catalogado otros grabados existentes.
También serán objeto de estudio las piedras reutilizadas encontradas en las fuentes del "Mato" y "Leiro" en Filiel y Lucilo respectivamente, "La peña de la medida" en Filiel, "Peñafurada" de Turienzo y otras estaciones con cazoletas de las que ya os he hablado otras veces, y de las que en conciencia no puedo poner imágenes todavía, aunque alguna de ellas ha salido hace poco en la prensa.
He tenido el placer de compartir algunos de los trabajos que se están realizando ( no todo lo que yo hubiera querido) y si habéis leído con perspectiva los enlaces anteriores, os podéis imaginar lo que me alegra lo que está pasando con "nuestras" piedras.
Ahora, una buena manera de ganar tiempo al tiempo mientras se terminan los estudios sería ir pensando en una subvención para dotar a los petroglifos mas emblemáticos de una buena señalización e información (mucha información), la única protección posible para los grabados.
jueves, 27 de agosto de 2009
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5 comentarios:
Menos mal que hay alguién que por fin se ocupa de esto. Aunque la forma de trabajar que se aprecia en las fotos no parece muy profesional. Los expertos se tumban sobre la roca y además se puede ver como se hacen los calcos a la antigua usanza: Tela/papel + carboncillo totalmente desaconsejada en cualquier escuela actual de Arqueología.
Es un comentario constructivo.
Sr Anónimo, si se fija bien los carboncillos llevan en su interior una esponja.La presión ejercida es una caricia comparada con las condiciones a las que están expuestos los petroglifos.
Le puedo asegurar que he visto trabajar a un equipo dirijido por los mejores especialistas, que han preferido por ejemplo una larga y tediosa limpieza manual pero que permitirá la regeneración de los líquenes protectores a la cómoda utilización de líquidos limpiadores, pero con efectos no deseados.
Eres un optimista patológico ¿Esperar? ¡Un año hemos esperado! ¿Esperan estos a cobrar su sueldo un año?
Pero no te confíes, que estando en manos de quien está, ya verás como una cosa es el trabajo de campo y otra las conclusiones. No sé yo si no tardaremos mucho en ver levantándose algunas de esas piedras y acabando en el museo de León, o lo que es peor, en alguno de Valladolid
J.Carlos, enhorabuena pues al fin has conseguiido que la administracción, de mejores o peores modos, se haya implicado en el tema. Hombre, alcalde...alcalde...no sé...pero tu nombre a una calle...
Juan Carlos, sigo tu aventura casi desde el principio. Te felicito porv tus hallazgos, por tu ilusión contagiosa y, sobre todo, por haber conseguido movilizar a mucha gente de esta terra impasible y a algunas de sus instituciones, más impasibles todavía. Que ese ánimo no decaiga, que aún queda casi todo por hacer.
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