Si el monte Teleno es la cumbre sagrada por excelencia de estas tierras, el monte Pindo en el municipio de Carnota representa lo propio para Galicia. Bien es verdad que en Galicia pocos lugares se libran de estar relacionados con leyendas y ritos ancestrales, pero es en esta mole granítica donde la tradición popular señala la morada de los dioses celtas.
Existe un monte Pindo en Grecia y esta muy cerca del monte Olimpo. Esta coincidencia impulsó a los románticos a denominar al Pindo como el Olimpo celta.
La inmensa mole de granito arranca desde la misma linea de playa y se eleva hasta alcanzar los 627 Mts. de su cumbre denominada "A Moa" ( la muela).
Estrella y yo tuvimos la suerte de realizar el ascenso en compañía de un enamorado de estas tierras, mi "padrino" José Luis Galovart. De camino me fui empapando del espíritu del Pindo, las moles de rocas caprichosas amontonadas en difícil equilibrio se asemejan a extraños seres que cambian según la luz y la imaginación del caminante.
En el ascenso contemplamos los arrecifes de Caldebarcos, lugar de naufragios desde tiempos inmemoriales como los 20 barcos y 2000 personas de la Armada Invencible que zozobraron en 1596 camino a la debacle total en las Islas Británicas. Junto a ellos y recortando definitivamente la costa se encuentra Finisterre, el "finis terrae" romano. El fin del mundo conocido y donde el sol por falta de tierra firme, desaparecía en el mar al ocaso. Imaginad las leyendas que debió inspirar.
Por fin llegamos a la Moa y aunque estaba avisado, me sorprendieron las enormes cazoletas naturales que tapizan toda la cumbre. Llenas de agua de lluvia todavía resultan mas imponentes
y evocadoras.Existe un monte Pindo en Grecia y esta muy cerca del monte Olimpo. Esta coincidencia impulsó a los románticos a denominar al Pindo como el Olimpo celta.
La inmensa mole de granito arranca desde la misma linea de playa y se eleva hasta alcanzar los 627 Mts. de su cumbre denominada "A Moa" ( la muela).
Estrella y yo tuvimos la suerte de realizar el ascenso en compañía de un enamorado de estas tierras, mi "padrino" José Luis Galovart. De camino me fui empapando del espíritu del Pindo, las moles de rocas caprichosas amontonadas en difícil equilibrio se asemejan a extraños seres que cambian según la luz y la imaginación del caminante.
En el ascenso contemplamos los arrecifes de Caldebarcos, lugar de naufragios desde tiempos inmemoriales como los 20 barcos y 2000 personas de la Armada Invencible que zozobraron en 1596 camino a la debacle total en las Islas Británicas. Junto a ellos y recortando definitivamente la costa se encuentra Finisterre, el "finis terrae" romano. El fin del mundo conocido y donde el sol por falta de tierra firme, desaparecía en el mar al ocaso. Imaginad las leyendas que debió inspirar.
Por fin llegamos a la Moa y aunque estaba avisado, me sorprendieron las enormes cazoletas naturales que tapizan toda la cumbre. Llenas de agua de lluvia todavía resultan mas imponentes
Siendo un monte sagrado...
¿ Lo serían también las cazoletas de su cumbre?
¿ Al agua que contienen se le atribuyeron propiedades mágicas?
¿ Algunas de las cazoletas de los petroglifos cercanos evocan a las del monte sagrado?
3 comentarios:
Hola, Juan Carlos, estoy seguro de que esas cazoletas no son naturales, se parecen mucho a estas: http://cazoletasyaltares.blogspot.com/
Un saludo,
Jorge Vidal
Un saludo.
Me gustaría que esas cazoletas no fueran naturales, pero la geología nos dice que son típicas de las rocas graníticas.
me temo.
Te supongo entonces enterado de que el río Ézaro, en el Pinto, es el único (que se sepa) desemboca en el mcar en cascada. Un saludo.
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