Enclavado en el valle de Vidriales zamorano y rodeado por multitud de yacimientos que van desde la época paleolítica hasta nuestros días, puede presumir de tener lo que en León tanto escasea: dos dolmenes.
Uno al norte, llamado de San Adrián y cerca de la ermita del mismo nombre. Excavado por el padre Moran en los años 30. Cuando lo visité el año pasado la maleza poblaba el túmulo y la cámara desluciendo el conjunto.
Uno al norte, llamado de San Adrián y cerca de la ermita del mismo nombre. Excavado por el padre Moran en los años 30. Cuando lo visité el año pasado la maleza poblaba el túmulo y la cámara desluciendo el conjunto.
El otro dolmen se llama Las Peñezuelas y está situado al este del pueblo junto a un camino vecinal que conduce a las primeras casas. Conserva los ortostatos de la cámara y si originalmente tenía corredor, este fue destruido cuando se construyó el camino.
Me pregunté si por la zona habría cazoletas y ante la falta de tiempo opté por lo seguro, por lo que me acerqué a su iglesia.
En el atrio tapizado por piedras reutilizadas encontré las ya típicas cazoletas ( abajo en la sombra). También se observan otros símbolos " prehistóricos" con forma de escudo en la fachada principal.
Bordeando la iglesia localicé una decena más. En la siguiente foto, una lápida histórica soporta a otra posiblemente prehistórica con cazoletas y sobre ellas una pila de piedra reconvertida en jardinera
De la misma manera que las cazoletas están presentes en ambos territorios, tendríamos que encontrar también en la zona leonesa vestigios megalíticos como dolmenes y menhires. Es indudable que la relación cultural entre dos lugares tan próximos debió de ser intensa, incluso familiar.
La pregunta del millón es que ha pasado con esos vestigios, puede ser que existan o que no. Incluso puede ser que nadie se haya molestado en localizarlos.
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